jueves, 15 de diciembre de 2011

Comentario poemas

En este apartado nos disponemos a tratar 2 poemas cuyo tema es el olvido, los poemas son lo siguientes:

El viajero - CARLOS CLEMENTSON

Ha venido esta noche.
El perro había ladrado por un rato en la sombra,
y luego extrañamente se calló en el silencio.
Pobre y casi desnudo, el mar había labrado
hondos surcos de tiempo sobre su enjuto rostro
de marino o pastor, quemado por los soles,
y dejado en sus párpados un rojor de salitre.
Nadie le conocía. Quizá estuviera loco.
En su delirio hablaba de sirenas y monstruos
de un solo ojo enorme, de héroes y de naufragios,
de aventuras horribles en las que él tuvo parte.
Decía que en un tiempo él fue rey de esta isla.
Aquí ni a los más viejos les sonaba su nombre.
Quizá no fuera nadie:
el viento que del mar sopla en las largas noches.
Se ha vuelto con las sombras.


Este poema como otros mas de esta antología habla de el olvido este concretamente del olvido de Ítaca a Ulises y como lo toman por loco interpretando de forma pesimista aunque también realista el mito de Ulises sin un final feliz.
Este poema no hace sino insistir en el deseo del protagonista de volver a casa y encontrar todo tal y cono lo dejo.Pero no es así puesto que ulises cree en una Ítaca inaxistente


El otro poema a comentar es :


Ítaca - Teresa Ortiz 


Tal como prometió ha vuelto el rey de Ítaca.
Ha sido un largo viaje.
Por ti desafié la ira de los dioses.
Atrás quedaron tierras, caricias de otros brazos.
La música más bella que un mortal escuchara.
Hoy brilla el mismo sol en este hermoso cielo
que iluminó violento los días de mi dicha.
Bajo él vi muchachos que luego fueron hombres.
- Ambición y codicia cambiaron sus miradas
como cambian al mar el viento y las tormentas.-
Y aunque rogué a los dioses no ver esta mañana
de nada me ha servido.
Cumplido he mi destino: de mi astucia y mi fuerza
guardarán fiel recuerdo los hombres y los mares.
Todo valió la pena pues me esperaba Ítaca.
Mas Ítaca eras tú, mi prudente Penélope
que guardaste mi casa, defendiste mi hacienda.
Quien osó despojarnos lo pagó con la vida.
Al igual que esta tierra he sido sólo un sueño.
Demoré cuanto pude tu estancia lejos de ella.
Yo fui Circe, Nausícaa… Ítaca no existió.
Tu vuelta me condena, al reino de las sombras.
Muertos los pretendientes ya todo es como antes.
Nada importa si el tiempo dejó huella en tu rostro.
Para mí serás siempre aquella que me espera,
tejiendo mi regreso.
¿Los pretendientes, dices?… Soy demasiado vieja.
Casi no te recuerdo y nunca esperé a un héroe.
Sí, mi nombre es Penélope.


Este poema, trata también en el olvido, pero más concretamente del olvido de Penélope y no al de Ítaca generalmente. Al principio, Ulises le dice a Penélope lo mal que lo pasó en la guerra, aunque también se encuentra satisfecho frente sus hazañas. Después, se muestra agradecido a Penélope, y  se convence de que todo es igual que antes, que pese a la huella que dejó su rostro, nada cambió. A pesar de esto, Penélope lo rechaza, al no recordarlo. 

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